Dirección:
Carla Simón
Guión:
Carla Simón y Valentina Viso
España/2017
Esta
joya presentada en el Bafici de 2017 es opera prima autobiográfica de la
catalana Carla Simón. Película de niños, de alta densidad dramática, con dos
actrices infantiles que asombran por su expresividad y capacidad de actuación.
Los
padres de Frida (la asombrosa Laia Artigas) han muerto, y a ella la llevan a
vivir con sus tíos y prima en una aldea de campo. Para la niña será el
descubrimiento de otra clase vida, de una nueva familia, de la fraternidad con
su prima (la encantadora Paula Robles), y desde su punto de vista, la manera de
vivir la religión y la competencia. Todo un proceso de conocimiento y
adaptación filmado con gran naturalidad, en largos planos que permiten la
espontaneidad y el goce.
Verano 1993 es una película de Gestalt
familiar, que habla con sabiduría de pérdidas y duelos, con un tono sobrio,
seco, catalán diría, sin caer nunca en demagogias ni sensiblerías, para hablar
de sentimientos, justamente. La película sostiene el punto de vista de la
protagonista, y presenta el drama sin necesidad de explicitaciones. E impacta
saber que se trata de una historia autobiográfica. Es inevitable el recuerdo de
Ana Torrent, de Cría cuervos, de Sur: las niñas vienen de ese tronco
cinematográfico.
Soldado
Dirección y guión: Manuel Abramovich
Argentina/2017
Rigurosa, impecable y significativa,
la última película de Abramovich supera en mucho su opera prima, la premiada Solar.
En poco más de una hora, este documental con elementos de ficción presenta las
condiciones de un hombre joven que hoy ingresa en la escuela militar. Sin
concesiones, pasa por los distintos entrenamientos, desde la primera revisión
médica: -¿Por qué quiere ser militar?
–Porque siempre me gustó. Y para hacer feliz a mi mamá.
Cómo hacer el saludo, o la venia,
cómo tender las cama según el día de la semana, cómo cuidar las botas, aprender
de memoria las partes de un arma, el entrenamiento físico, a todo pasa revista Soldado.
Pero lo más llamativo es dónde se coloca la cámara: con primeros planos fijos
del soldado, todo lo demás queda fuera de campo: el instructor, el compañero,
los ambientes abiertos y cerrados, con algunas panorámicas de las prácticas
físicas y de marcha. Presntada con cierta ingenuidad –en un país donde lo
militar está ligado intrínsecamente a la represión y la muerte- la película no
hace comentarios, no abre juicios, sobre todo plantea interrogantes tácitos
sobre ese grupo humano, los militares, que después de la dictadura parecen
tener como uno de sus objetivos más importantes aprender a tocar el tambor.
Josefina
Sartora
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